viernes, 3 de diciembre de 2010

Una perspectiva desde Galicia

Dedicamos esta entrada a la publicación de las “Sugerencias para la mejora del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Noroeste de España” que, desde Orense, nos ha remitido Enrique García Tamargo (C. 1.602 NO) a nuestra dirección de correo electrónico colegiominas21@gmail.com. La reproducción de su comunicación es textual y dice lo siguiente:
“Hace unas semanas que tuve conocimiento de la existencia del grupo Colegio de Minas 21, a través del correo electrónico que fue enviado a la cuenta de numerosos colegiados.
Habiéndome entrevistado con uno de los integrantes de este grupo – Jorge Vigil – en un par de ocasiones, durante los últimos días, he atendido a su sugerencia de exponer mis opiniones acerca de las mejoras que se deberían poner en práctica para el mejor funcionamiento de nuestro colegio profesional, más allá de las legítimas pretensiones de unos u otros para ocupar cargos en unas elecciones que pueden ser un motivo de debate interesante. Ante todo, esto no es más que la visión personal de un colegiado residente en Galicia, que lleva unos años dedicado al ejercicio libre de la profesión.
Desde un punto de vista general hay que recordar que en Galicia, durante el último lustro, gran parte de las preocupaciones colegiales han girado en torno a la posible segregación, que era en mi opinión una forma posiblemente equivocada de resolver una dejación realmente sentida por muchos colegiados gallegos, mayormente jóvenes y procedentes de la Escuela de Minas de Vigo. Entiendo que poner más fronteras entre colegios no parece una buena solución teniendo en cuenta la movilidad que caracteriza hoy el mundo laboral, y que por otra parte, aumentar el número de cargos y burocracia tampoco resulta una forma eficiente de administrar los recursos de los colegios profesionales; más bien habría que pensar en fusionar colegios como una forma de aunar esfuerzos y ahorrar costes, lo cual es tanto más importante en cuanto que los ingresos por visado van a reducirse de manera notable, como todos podemos suponer atendiendo a las últimas normas sobre visados. A modo de ejemplo resulta molesto que tenga llevar a visar un trabajo al Colegio del Centro en caso de que un plan de labores sea de una cantera de El Bierzo y al Colegio del Noroeste, en caso de que haga un trabajo similar para una cantera de Valdeorras, cuando todos sabemos que se trata de una zona entre la que hay un intercambio continuo de servicios profesionales.
Estos engorros, relacionados con la segregación, nos han hecho perder muchísimo tiempo frente a otros problemas reales que afectan al empleo y futuro profesional de muchísimos compañeros que no están precisamente cerca de la edad de jubilación.
Los problemas esenciales y las líneas de mejora son, en mi modesta opinión, los siguientes:
1. Ante todo, el primer objetivo real de nuestro colegio profesional ha de ser la defensa de los intereses de los ingenieros de minas en su conjunto, por encima de las actividades sociales o de ocio, que por agradables que resulten pueden ser sustituidas por iniciativas personales. Los mayores esfuerzos, nuestro tiempo y el presupuesto del colegio, han de estar prioritariamente dedicados a ese objetivo prioritario.
2. En Galicia, existe muchas veces una grave discriminación por parte de funcionarios públicos, que les hace cuestionar y negar la competencia de los ingenieros de minas para la realización de proyectos y trabajos no mineros. Se da la interpretación frecuente de que una instalación industrial no estrictamente minera – nave, depósito petrolífero, proyecto eléctrico o instalación de otro tipo - pueda ser proyectada y dirigida su ejecución – a juicio de bastantes funcionarios - si se encuentra en el interior de una cantera, pero no si está fuera del recinto minero, lo cual es absurdo desde cualquier punto de vista sensato, porque las exigencias reglamentarias son iguales o mayores en el caso de que la instalación esté en un recinto minero. Ante la posibilidad de rechazo y de acabar en un largo procedimiento de recursos administrativos y judiciales – en los que el cliente es el principal perjudicado – es frecuente que se desista del encargo del proyecto. Estas discriminaciones se hacen en muchos casos por parte de funcionarios ingenieros industriales o ingenieros técnicos industriales, pero también existe otro tipo de competencia desleal sobre la que habría bastante que comentar. Las consecuencias de este tipo de discriminaciones son que los ingenieros de minas que trabajen en el creciente campo generalista pueden verse forzados a una perpetua situación de subordinación o exclusión con respecto a otros ingenieros.
3. Desde el departamento de industria autonómico se promueven disposiciones legislativas que afectan de lleno a nuestra profesión sin que muchas veces se haya hecho todo lo posible – en mi modesta opinión - para modificarlas en el sentido favorable a los ingenieros de minas. Un caso, entre algunos más, que creo conocer un poco, es el del modelo vigente del plan de labores de las explotaciones mineras, demasiado detallado para lo que es la pequeña y mediana minería gallega.
En todo lo anteriormente expuesto el papel de nuestro colegio es completamente insustituible y necesario, aportando la fuerza que da la colectividad, el asesoramiento cualificado, así como la experiencia de situaciones parecidas en otras provincias españolas.
4. El funcionamiento del colegio ha de ganar en transparencia, a través de una información clara y detallada sobre las cuentas anuales, las actas de las reuniones de la junta de gobierno o de otro tipo, que todo colegiado ha de poder consultar de manera inmediata en cualquier sede del colegio o a través de su página web, con el fin de deshacer cualquier tipo de rumor o malentendido, teniendo en cuenta además en todo momento que el colegio pertenece a sus colegiados, y que todos han poder disponer por igual de toda la información sobre su funcionamiento. La página web es un excelente medio de comunicación pero que hoy en día se encuentra escasa de contenidos. Debería ser actualizada de forma constante facilitando todo tipo de información sobre nuestros campos de trabajo, las actividades del colegio, derechos y deberes del colegiado, ventajas que implica la colegiación, etc.
5. Los cargos y personal que atiende las oficinas del colegio ha de estar en permanente contacto con el colegiado. Ciertamente muchos cargos tienen que atender prioritariamente su actividad profesional, y no puede haber ninguna queja al respecto, pero el personal administrativo del colegio, ha de servir con diligencia y rigor al colegiado cuando se dirige a las oficinas del mismo, lo cual no es así en todos los casos. Cierta movilidad entre los cargos y una limitación de mandatos en los puestos puede ser también muy sana para la participación de todos.
6. El visado colegial de los proyectos ha de convertirse forzosamente en un verdadero sello de calidad mediante el cual el colegio garantice, realmente y de forma efectiva, una corrección formal en los proyectos y documentos técnicos que elaboremos los ingenieros de minas y que hayan de ser presentados en la Administración. Sólo así podremos asegurar que la mayoría de los clientes opten por realizar voluntariamente dicho visado.”

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